"Hacer que nuestra profesión sea visible y respetada", uno de los retos del nuevo delegado en Tenerife

Natural de Gran Canaria, Manuel Caballero ha sido investigador del Centro Regional de Canarias del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), y posteriormente, al transferirse las competencias a la comunidad autónoma, del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA).

Su especialidad como investigador ha sido el cultivo y fisiología de flores y plantas ornamentales, temática sobre la que ha publicado medio centenar de  artículos y participado en varios libros. En 1990, obtuvo el Premio al Mejor Libro Agrario por su obra “El cultivo industrial de plantas en maceta”, que también ha conseguido el Premio al Mejor Trabajo Investigador en Temas Agrarios y el Premio al Mejor Trabajo de Divulgación.

De 2005 a 2015, año en el que se jubila, ocupó el puesto de Director Científico del ICIA.

Manuel Caballero también ha efectuado varias incursiones en la gestión pública. De 1985 a 1987, fue Director General de Aguas del Gobierno de Canarias. De 1997 a 1999, fue consejero del Cabildo de Tenerife. Asimismo, de 1999 a 2005, fue concejal del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna, donde estuvo al frente de la Concejalía de Obras e Infraestructuras.

Una de las obras de las que se siente más orgulloso es la del Palmetum de Santa Cruz de Tenerife, un jardín botánico con la colección de palmeras más importante de Europa y una de las 10 del mundo, construido sobre un vertedero de basuras.

 

Manuel Caballero (dcha.), junto a Guillermo Caldentey, al que sucede en el cargo, durante la Junta de Gobierno en la que se produjo la toma de posesión de su cargo.

 

¿Qué le ha motivado a presentarse como Delegado?

Cuando Guillermo Caldentey decidió no continuar, algunos compañeros me sondearon por si quería presentarme, dado que con mi reciente jubilación, se supone que dispongo de más tiempo. Inicialmente dije que no, pero luego pensé: ¿por qué no? Siempre tienes ideas que es conveniente defender sobre el papel de los ingenieros agrónomos en la sociedad, y estar en un colectivo que puede ayudar a promoverlas, puede ser útil.

¿Qué retos se ha marcado como Delegado para los próximos años? ¿En qué cuestiones centrará su mandato?

Básicamente son los que tiene el Colegio como tal: hacer que nuestra profesión sea visible y respetada, incrementar la colaboración con las administraciones y las entidades del sector agroalimentario, potenciar el papel de los agrónomos en la planificación y ordenación del territorio y de la actividad económica… Y tratar que los jóvenes ingenieros vean el Colegio como algo útil para ellos.

¿Con qué problemática se encuentra la profesión en Tenerife?

Yo creo que los problemas de los profesionales de la agronomía en la provincia de Santa Cruz de Tenerife son similares a los de otras provincias. Hay mucho intrusismo profesional, hay poco conocimiento por parte de los gestores de las distintas administraciones sobre las competencias profesionales, etc. Y también hay poca convicción entre nuestros colegas de la utilidad de actuar colegiadamente. Eso cuesta cambiarlo, pero hay que intentarlo.